Excepto esta fotografía, obtenida en ver pueblos, todas las demás son de Don Feliciano. |
“Un aldeano que toma el gusto a los ochavos y sueña con trocarlos en plata, para convertir después la plata en oro, es la bestia más innoble que puede imaginarse; porque tiene todas las malicias y sutilezas del hombre y una sequedad de sentimientos que espanta… Contando por los dedos, es capaz de reducir a números todo el orden moral, y la conciencia y el alma toda.” (Galdós. “La familia de piedra”, capítulo IV de MARIANELA.)
Entre todos los recuerdos que has plasmado aquí, el del patio con los aparatos gimnásticos, el esqueleto del nuevo colegio y la sala de máquinas de la imprevista... Me recuerdan aquella guerra de bolas de nieve en la que pasamos por encima del esqueleto del nuevo colegio y echamos por tierra el edificio de la imprevista. Del resto de fotos... añoro, las nevadas y recordar a cada uno de los que salen en las fotos; mas, todos crecemos y tenemos que perdernos buscando la vida profesional. Me encanta ver estas viejas fotos... Liébana, de la viuda, Elisei, Badiola, etc...
ResponderEliminarSaludos a todos los que se vean en las fotos, y a los que no salimos... igual.
Muchas gracias por tus palabras. Serán, para mí, estímulo en la tarea de recomponer un pasado tan singular como el nuestro.
Eliminar